Un entrenamiento de alta intensidad, comúnmente conocido como HIIT por sus siglas en inglés (High-Intensity Interval Training), es un tipo de ejercicio que alterna entre períodos cortos de actividad anaeróbica de alta intensidad con períodos de recuperación o actividad de baja intensidad o descanso completo. Este tipo de entrenamiento puede involucrar una variedad de ejercicios, incluyendo correr, saltar, hacer ejercicios de peso corporal, levantar pesas, entre otros.
La estructura típica de un entrenamiento de alta intensidad implica trabajar a una intensidad cercana al máximo esfuerzo durante períodos cortos, seguido de períodos de recuperación activa o pasiva. Por ejemplo, una rutina de HIIT puede consistir en correr a máxima velocidad durante 30 segundos, seguido de 60 segundos de caminata o trote ligero para recuperarse, y luego repetir este ciclo varias veces.
Los entrenamientos de alta intensidad son populares debido a varios beneficios potenciales, que incluyen:
- Eficiencia en el tiempo: Los entrenamientos de alta intensidad suelen ser cortos, lo que los hace ideales para personas con horarios ocupados que desean obtener resultados en un período de tiempo más breve.
- Quema de calorías: Debido a la naturaleza intensa del ejercicio, los entrenamientos de alta intensidad pueden ayudar a quemar calorías de manera efectiva durante y después del entrenamiento, gracias al aumento del metabolismo basal.
- Mejora de la salud cardiovascular: Los entrenamientos de alta intensidad pueden mejorar la salud del corazón y los vasos sanguíneos al aumentar la capacidad aeróbica y anaeróbica.
- Pérdida de grasa: El HIIT puede ayudar a perder grasa corporal, ya que puede aumentar la tasa metabólica y mejorar la capacidad del cuerpo para quemar grasa durante y después del ejercicio.
- Preservación de la masa muscular: Aunque el HIIT es principalmente un ejercicio cardiovascular, puede ayudar a preservar la masa muscular magra, especialmente cuando se combina con entrenamiento de fuerza.
Es importante tener en cuenta que los entrenamientos de alta intensidad pueden no ser adecuados para todas las personas, especialmente aquellas con problemas de salud preexistentes o lesiones. Es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de comenzar un programa de ejercicio intenso, especialmente si eres principiante o tienes preocupaciones sobre tu estado físico.